Necesitarás un buen caldo: de verduras, de carne o de pescado.
Este lo hice al tiempo que hervía en él los garbanzos para hacer después un guiso.
En la olla pequeña ya tengo los garbanzos con el sofrito y resto de ingredientes y en la olla grande es donde tengo el caldo que he vuelto a poner a hervir.
Necesitas tener también a mano los tarros en los que vas a conservar el caldo.
A mí me gustan estos tarros alargados de 450 ml. tienen un tamaño ideal para el estante de la nevera donde van a estar días, semanas o meses. Refrigerados, en la oscuridad, y listos para usar.
Prepárate de más, para que no te falten. Si tienes buen ojo sabrás más o menos cuanto caldo vas a poder llenar en ellos.
En cuanto el caldo vuelva a estar en ebullición.
Apaga el fuego y empieza a llenar los tarros.
IMPORTANTE.
que el tarro no esté en una superficie fría, porque con el contraste del calor y el frío hará estallar el vidrio. Yo bien los lleno en la encimera de cristal que suele estar caliente o templado. Nunca encima del granito. A veces los pongo en una base de madera. Otras les pongo un paño de algodón grueso en su base.
Primero un tarro, hasta arriba, que solo quepa de aire un centímetro.
Cierra enseguida, antes que se caliente el cristal porque luego no podrás cogerlo sin quemarte.
Asegurate que cierras bien la tapa.
Los demás botes lo rellenas y cierras de la misma forma.
IMPORTANTE
Que el tarro se enfríe poco a poco, en esa superficie que has elegido: madera o cristal (nunca marmol ni granito) y los dejas horas hasta que cojan la temperatura ambiente.
La mayor parte de las veces OIRÁS el sonido de cuando el tarro se ha cerrado al vacio.
No te asustes, aprenderás a contar tantos como tarros has rellenado.
Yo suelo dejarlos de la mañana a la noche para GUARDAR EN LA NEVERA, temperatura baja y en la oscuridad. O bien de la noche a la mañana.
Siempre tengo un estante con caldos, a la derecha los de carne, a la izquierda los de pescado. Los de verdura indistintamente. Y generalmente cada uno tiene su propio color.
MAS COSAS.
Yo me ayudo de un colador de boca muy ancha, para que las paredes del tarro no se manchen de caldo. Si no tienes esa precaución, el caldo cuando se enfríe acturará de pegamento y te costará, cuando lo necesites, abrir el bote. Sobre todo si el caldo tiene mucha gelatina.
Si eso te ocurre.... te lo cuento en otro rato.... dímelo en los comentarios si todavía no lo he hecho cuando me leas.
Buenas noches.