Me
encanta recuperar mis tradiciones, que había un montón de remedios
caseros, aunque alguna vez se reforzaban con los medicamentos.
No
importaba si era primavera, verano, otoño o invierno, en cualquier
época del año podíamos coger cualquier virus que nos estropeaba la
salida a jugar con la pandilla.
Gripe,
refriado, constipado, faringitis, colitis, y
está claro cuando caemos enfermos que lo que queremos remediar son
los síntomas de la enfermedad y que se vaya lo más pronto posible.
Queremos
PROPIEDADES ANÁLGÉSICAS, ANTIPIRÉTICAS, ANTIHISTAMÍNICAS.
Que
se nos vaya la TOS, la FIEBRE, el DOLOR DE CABEZA, los MOCOS.
Y
nuestros padres o abuelos nos tenían preparado
EL
ZUMO DE NARANJA NATURAL, tan
característico de nuestra zona
EL
CALDO CALIENTE, para
subir la temperatura corporal
LAS
INFUSIONES HERBALES de
nuestros montes,
LA
CEBOLLA, EL AJO, EL PUERRO, como
antibiotico
EL
ALCOHOL antiviral
y bacterizida
RECETA de invierno
150 ml de leche o infusión
1 cucharada de miel
beber muy caliente y taparse para sudar (porque sube la temperatura corporal).
Una forma muy simple de ve el por qué de la subida de temperatura corporal: al tomar la bebida caliente, y aumentar la temperatura provocamos de esa forma la muerte de virus y bacterias. Es más o menos lo mismo que hace nuestro sistema inmunológico cuando nos sube la temperatura, por eso tampoco debemos tomar antipíreticos si no tenemos fiebre por encima de 38,5 porque no le dejamos al organismo que combata la enfermedad por sí mismo. Y esto que os cuento fue la primera lección que me dió el pediatra en mi primera visita con mi primer
vástago.
Los medicamentos debemos utilizarlos de forma cabal.
Y el alcohol, también.
Cambia, si te apetece, el alcohol de la receta:
ORUJO DE MANZANA
ORUJO DE CEREZAS
Y en esta era de la igualdad, ya sabeis porqué he usado esa palabra y no otra.
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